miércoles, septiembre 21, 2011

SORALUZE CONMEMORARÁ MAÑANA EL 75º ANIVERSARIO DE LA INVASIÓN FRANQUISTA


La ciudadanía de Soraluze tiene mañana una ocasión inmejorable para recordar y rendir homenaje a todas aquellas personas de la localidad que padecieron las consecuencias de la Guerra Civil.

No en vano, este jueves se cumplen 75 años de la entrada de las tropas franquistas en el municipio; una efeméride que el Consistorio local y la agrupación para la recuperación de la memoria histórica Soraluze 1936 tratarán de conmemorar con la realización de diferentes actividades abiertas a la participación de todos los vecinos.

Para empezar, la Plaza Berria se convertirá durante toda la jornada en el escenario de la exposición 75 urteko isiltasuna hausten (Rompiendo un silencio de 75 años), compuesta por siete paneles con documentación, testimonios y fotografías relativas al desarrollo del conflicto bélico en el municipio. En caso de mal tiempo esa muestra, la misma que ya se pudo ver el pasado mes de abril en el cine municipal, se instalará en los soportales de la casa consistorial.

En cualquier caso, los actos organizados para la ocasión por el Ayuntamiento de Soraluze vivirán su momento culminante a las 20.00 horas, en la misma plaza, con la lectura de una declaración institucional y la realización de una ofrenda floral (claveles).

Según explican desde la agrupación Soraluze 1936, creada hace dos años por ciudadanos de diferentes ideologías para recuperar la memoria local, con las actividades programadas para este jueves se pretende "recordar e impulsar una reflexión general en torno a una parte importante de la historia del municipio que ha estado silenciada durante los últimos 75 años". Al fin y al cabo, será la particular manera elegida por la localidad para "reconocer el sufrimiento" que tuvieron que padecer sus ciudadanos tras la invasión de las tropas franquistas.

Los acontecimientos Según se recoge en el libro Euzkadi en Guerra, escrito por una persona desconocida que firmó la obra con el pseudónimo de Astillarra, los requetés franquistas que invadieron Soraluze el 22 de septiembre de 1936 pertenecían al denominado Tercio de Montejurra, el mismo que hasta el final de la dictadura dio nombre a la actual Plaza Berria.

Al parecer, "cientos de soldados" pertenecientes a la citada compañía accedieron al entramado urbano de la localidad tras descender desde Mendigain a la calle Elizburu, que con la victoria de Franco pasó a llamarse calle del 22 de septiembre (también recuperó su nombre original tras la dictadura).

Sea como fuere, la entrada de las tropas franquistas en Soraluze se produjo con nocturnidad y mientras sonaban las campanas de la iglesia parroquial.

A partir de ahí, los soldados rebeldes lanzaron unas salvas de disparos "dando gracias" por la conquista y no tardaron en liberar su rabia "extendiendo la realización de robos y su sed de venganza por todo el municipio", explican desde el colectivo Soraluze 1936.

El primer edificio que vaciaron los sublevados fue el conocido como Abenda-Etxea (el actual Batzoki): entonces era una nueva construcción que servía como lugar de encuentro para los ciudadanos aber-tzales del pueblo y tras el paso de los requetés quedó con todo el mobiliario y su biblioteca destrozados.

El siguiente inmueble en ser asolado por las tropas afines al dictador tras su entrada en Soraluze fue el que albergaba el Centro Republicano y, a partir de ahí, las viviendas particulares de ciudadanos conocidos por su ideología nacionalista o republicana.

A pesar de la cruda realidad que le tocó vivir a la localidad, los días posteriores a la invasión franquista fueron días felices para las conocidas como damas margarita del pueblo, que se afanaron en robar ropas, muebles y demás enseres de su interés en los domicilios de los "enemigos de España".

Las primeras detenciones tampoco tardaron en llegar a Soraluze. El primero en caer en manos de los franquistas fue Venancio Iñurrieta, un conocido concejal abertzale, católico y padre de ocho hijos. Tras él fueron detenidos el practicante Juan de Lasa y otros muchos ciudadanos que no comulgaban con el régimen autoritario como Jose Sesma, Jose Ezenarro y tantos otros.

La imposición de multas y sanciones también se convirtió en algo habitual en un municipio en el que la rabia y las venganzas se extendieron por todos los rincones.

Ahora, 75 años después de aquellos desgraciados acontecimientos, el pueblo de Soraluze tiene la posibilidad de recordar y rendir homenaje a todos aquellos ciudadanos que sufrieron en primera persona las consecuencias de la Guerra.

Los actos organizados por el Consistorio local para la jornada de mañana se presentan como una magnífica ocasión para cerrar de una vez por todas las heridas que se abrieron en el pueblo con aquella contienda e iniciar una nueva etapa con ilusión y optimismo.

Eso sí, desde la agrupación Soraluze 1936 ya han anunciado su intención de realizar una ofrenda floral cada 22 de septiembre porque, al fin y al cabo, "el hecho de mirar hacia adelante no tiene por qué implicar el olvido de uno de los momentos más dolorosos de la historia del pueblo".

Además, los integrantes del grupo prevén editar "para finales de este mismo año" un DVD con testimonios de varias personas de la localidad que vivieron la Guerra y para 2012 un libro que deje constancia de cómo se vivieron los años del conflicto y de la posguerra en el pueblo.

(Noticias de Gipuzkoa. 21 / 09 / 2011)