sábado, septiembre 17, 2011

LA INVASIÓN DEL MAQUIS. EL ATAQUE DE ABAURREGAINA

GUERRA Y POSTGUERRA, 1936-44.

La crónica de la guerra de 1936 la resumen algunos en “todo el mundo sufrió”, “todo el mundo hizo barbaridades”, “hay que olvidar”, pero es la historia de un golpe de Estado y una guerra premeditada, donde un grupo ultranacionalista, radical de ultraderecha y militarizado, se alzó contra el poder constituido, apoyado desde el principio por la Iglesia Católica, el Nazismo alemán y el Fascismo italiano. No se puede ni debe olvidar. Cierto es que a una gran mayoría le tocó luchar en el bando que controlaba la zona donde vivía cada uno, pero también es cierto que muchos lucharon en el bando elegido por ellos.

La victoria de 1939 no trajo la paz, sino el inicio de una pacificación violenta. En el Estado, los más de 490.000 exiliados, 200.000 presos en campos de concentración, y 50.000 ejecutados entre 1939-48, dejan bastante claro la “Paz de la reconciliación” de la dictadura Franquista. En el sur de Euskal Herria están censados hasta hoy día 5.820 fusilados, 3.920 de ellos en Navarra, en el periodo citado de 1936-1948.

No se puede olvidar el secuestro de hijos de los “rojos” que se dieron en adopción forzosa o se llevaron a internados de “reciclaje”; la confiscación no sólo de los bienes de los partidos “malos”, sino de todos los no adictos al nuevo régimen: fusilados, encarcelados, exiliados... dejando a miles de familias en la pobreza, además de ser una importante fuente de ingresos para el bando vencedor.

En la zona hubo campos de concentración en Bidankoze e Igari, y temporalmente en Auritz, para construir la llamada “Línea Gutiérrez”, una línea de defensa formada por nidos de ametralladoras y túneles para evitar la invasión de los maquis, grupos revolucionarios republicanos.

ATAQUE EN ABAURREGAINA (7-X-1944)

El 7 de Septiembre de 1944, cuando ya el día se ha acortado bastante y estando la noche cerrada, unos característicos golpes llamaron en la puerta de casa Zapatero. Luisa Arozarena le dijo a Francisca Iriarte: “Si no supiera que Felipe Celay está preso, diría que es él”. Al abrir la puerta vió que, efectivamente, era Felipe.

Felipe Celay Arana, en compañía de Jacinto Ochoa, republicano de Ujué, se habían fugado esa misma mañana del penal del Fuerte de San Cristóbal. Felipe, trabajaba en la cocina y había serrado los barrotes de la ventana y sellado con una pasta de chocolate, quedando camuflados. Escaparon escondidos en el carro que iba a diario a la capital a por víveres.

Felipe Celay y Ciriaco Merino Arozarena (1903-1966), hijo de Luisa y Miguel, eran íntimos amigos. Ciriaco había sido secretario del Ayuntamiento hasta su fuga en Julio del 36. Felipe y Jacinto durmieron en casa Zapatero, y de madrugada partieron a pie, cruzando el monte hasta llegar a S. Juan, donde se unieron a la Resistencia, a los Maquis.

El investigador Rodríguez escribe sobre el 9 de Octubre: “una partida de ocho guerrilleros entró en Abaurrea Alta y obligaron al alcalde a que les acompañase al puesto de la Guardia Civil. Allí le hicieron llamar al portón. Cuando le abrieron, dispararon al interior, matando a un número e hiriendo a tres. Tras este ataque el grupo se dispersó. La Guardia Civil del pueblo detuvo dos maquis de la partida el mismo día y varios más las jornadas siguientes, entre ellos algunas mujeres. El 9, dos guerrilleros fueron detenidos cuando intentabanatacar el puesto de la Guardia Civil en Olagüe”. La fecha es el 7. El alcalde era Claudio Iriarte Merino. Había estado en el bando nacional, pues le habían requisado un camión Ford, y él iba de conductor. Era de casa Ordoki y tras la guerra se casó con Rufina Lorea Iriarte, troncal de Almirantearena, en noviembre del 39. Fue nombrado alcalde en julio del 42. Los días anteriores al ataque, la gente había visto maquis en los montes cercanos. Cuando el alcalde fue obligado a llamar a la puerta de la casa Gurucharri, donde vivía el comandante, se preparaban para realizar la ronda.

El 7 de octubre a boca oscuro, los maquis entraron en el pueblo dirigiéndose el grupo mayoritario a casa del alcalde (Almirantearena), cortando el teléfono y la luz. Otros esperaron. Entre ellos Jacinto y Felipe Celay. Felipe no participó en la acción y visitó su casa nativa. En casa Almirantearena la familia estaba en

la cocina, y entre ellos el cura D. Martín Marco, que se hospedaba en casa de la Sra. Aurea desde su llegada hacia cuatro años. De pronto, se oyeron en las escaleras, pisadas de las pesadas botas con clavos de los guerrilleros. A su encuentro salió Eduvigis Lorea Iriarte. El cura, se refugió detrás de la puerta de la recocina. Dicha recocina, tenía una ventana y detrás de Eduvigis fue un maquis a inspeccionarla. El bonete del cura se hallaba en la recocina y Eduvigis lo arrojó a un rincón sin que se diera cuenta el guerrillero.

Uno de los maquis le pidió dinero a José, entregándole una cantidad. Pero había más. A José le fue requerido todo el dinero. José se resistía por lo que le amenazó con matar a todos. La cantidad fue de 40.000 pesetas, con el que pensaba pagar a los peones para el arranque de la patata.

Cargaron dos caballerias de la casa con todo lo de la despensa. Luciana preguntó: ¿Si ustedes se llevan todo, nosotros que vamos a comer? El maquis contestó: “Ustedes coman tierra”. Cogieron a Claudio y le obligaron a llamar en casa Gurutxarri, residencia del comandante de la Guardia Civil. Ambas casas se hallan próximas. Al brazo de Claudio se aferró su mujer Rufina; los maquis la soltaban y ella volvía a agarrarse por lo optaron por dejarla marchar. Al oír la llamada del alcalde en la puerta, bajó un guardia civil, y rápidamente se dio cuenta de lo que ocurría y gritó: ¡¡¡Fuego, fuego!!! comenzando el tiroteo, intenso que duró bastante tiempo. La casa Almirantearena recibió un sinfín de balazos cuyos impactos permanecieron hasta que se revocó la casa hacia 1970. En el momento de iniciarse el tiroteo, Claudio y Rufina se escaparon al cementerio donde pasaron la noche. Rufina, recibió un tiro en una pierna, pasando dos meses ingresada.

Los guerrilleros mataron a un guardia civil e hirieron a tres. El comandante tenía una hija de tres años, que la hallaron escondida en la carbonera. Copiamos el acta de defunción del guardia civil: “siete de Octubre de mil ovecientos cuarenta y cuatro, a las nueve horas de la noche; a los 31 años de edad , murió por Dios y por España en esta parroquia de Abaurrea Alta don Eliécer Martínez Santos guardia civil de Frontera, casado, hijo de don Aureliano y doña Rosalía, no habiendo recibido Sacramento alguno por ser vilmente asesinado por los maquis [...] Martín Marco / ecónomo”

En las inmediaciones de casa Enecoiz un par de guerrilleros tenían retenido a su dueño Santos Lorea, exigiéndole dinero. Al iniciarse el tiroteo, quedó libre.

Después del ataque, el comandante mandó un informe erróneo a sus superiores, respecto a la actuación del alcalde, por lo que fue cesado. El cura D. Martín Marco informará como el alcalde había sido obligado, por loque fue repuesto en su cargo.

Felipe Celay no continuó con el Maquis. Esa misma noche volvió a S. Juan, trabajando un tiempo, haciendo alpargatas. Conoció a dos chilenas, que le convencieron para que fuera a Chile. En San Juan se casó en enero de 1947 con Gabriela Osta Belza, natural de Ochagavia. Emigraron a Chile, donde puso varias panaderias y logró amasar una gran fortuna.

La familia Almirantearena quedó muy afectada por las amenazas recibidas que, “si volvían matarían a toda la familia”, por lo que solían pasar la noche en casa Mozarena.

Un día llegó una partida de soldados y ocuparon casa Almirantearena, donde controlaban el teléfono, y casa Gurucharri. En los días siguientes se instalaron en otras casas. Posteriormente hicieron barracones y se mantuvieron en el pueblo, más o menos, hasta 1955, en que trasladados a Pamplona, desaparecieron los barracones.

(Miguel Iriarte, Pamplona, Agosto de 2010)


OTROS RECUERDOS.

Los jóvenes abaurreanos también han recopilado los recuerdos de sus mayores. En gran parte coincide con el magníficio estudio de Miguel Iriarte, pero siempre quedan retazos o nuevas anécdotas que ayudan a complementar lo ocurrido en aquella época convulsa. Repasamos alguno de estos sucedidos y anécdotas.

- Leoncia Lorea recuerda que durante la República, el cura Antonio Oroz pasaba por delante de su casa, -se acuerda del ruido de la sotana al andar y del ruido que metía el bastón que llevaba de punta de hierro-, y cuenta que su intención era la de matar a Felipe. Alguien le avisó, y Felipe huyó de casa saltando por una ventana.

- Secundino Bidondo recuerda que en carnavales el baile se celebraba en casa Bastero, casa de la patrona del cura, y un día el cura estaba con una pistola en la mano con la intención de matar a Felipe.

- Otra historia que recuerda Leoncia es como en los días posteriores a estallar la guerra el cura llamó a misa, y en el sermón empezó a decir que en el pueblo había muchos rojos… en ese momento el alcalde Luciano Encaje le respondió desde el coro, “en este pueblo solo hay gente pobre y trabajadora”. Fue este alcalde el que consiguió que no se fusilara a nadie en el pueblo.

- En vísperas del ataque del maquis del 7-X- 44, variso vecinos vieron en sus bordas gente rondando la zona. A María Arozarena la pararon a la salida del pueblo, y le ordenaron volver a casa. Leoncia Lorea recuerda que su familia estaba en la borda recogiendo patata, y vieron a lo lejos, en la lintsa a un grupo. Como ya había rumores de que algo podía pasar, volvieron rápidamente a casa.

Durante el tiroteo en casa Iturburu salió a la ventana del sabayao Eugenio Lorea y alguien de la calle le gritó por su nombre para que se escondiera. Se supone que era Felipe Zelay que lo reconoció.

- A los día del ataque, Felipe Lorea estaba con su familia en la borda recogiendo patata cuando aparecieron varios hombres en busca de comida, y les pidió que les guiaran a la muga. Les llevó hasta Paso Ancho. Los maquis le quisieron pagar pero no quiso. Allí le dijeron que se volviera a casa porque era peligroso. Al rato oyó disparos, pero nunca supo lo que ocurrió.

EPÍLOGO. 1961.

La historia del maquis en la zona finaliza con el ataque al embalse de Irabia en agosto de 1961. El maquis llamado el Campesino, preparó el sabotaje de la central de la presa en nombre de la “III República”, muriendo en el ataque un guardia. Fue entrevistado por la revista París Match semanas antes del ataque, de donde hemos sacado las fotografías.

Damos la versión oficial franquista del ABC, y la del semanario Herria de Iparralde.

ABC. El Ministerio de la gobernación nos envía la siguiente nota:“En las primera horas de la madrugada de ayer en el pantano de Irabia, situado en la línea fronteriza de Navarra, tres guardias civiles que prestaban servicio de vigilancia en la central eléctrica de dicho lugar, cuando procedían a reconocer los alrededores de la misma y al llegar a una cantina allí existente, dieron vista a un individuo que les infundió sospechas, el cual, al serle dado el alto por uno de los guardias, dio la voz de alarma, saliendo en este momento un grupo de siete u ocho individuos armados con metralletas que abrieron fuego sobre la fuerza pública, matando a uno de los guardias e hiriendo a otro, mientras emprendían velozmente la fuga. [...] Nuestras autoridades tenían conocimiento de que grupos de terroristas a las órdenes de “El Campesino” acampaban en territorio francés, cerca de la frontera, y habían advertido a las autoridades francesas de los propósitos de aquéllos de realizar en nuestra Patria actos de terrorismo y sabotaje...”.

HERRIA. Orbaizetako tiroketariak. Hamar bat tiroketari Valentino Gonzalez buru, Pauetik ethorri dira Iratiko Oihanerat, muga iragan dute, nahi ukan dute elektrika eihera bati oldartu; bainan bidean atzeman dute guarda andanaño bat; guarda bat hil dute, bertze bat kolpatu, eta Frantziako aldera ihes egin. Hogoi, hogoita-hamar urteko mutiko ezkertiar batzuk omen dira. Frantziako poliza heien ondotik ibili da elikopterak eta oro baliatuz: bi lagun atzeman dituzte armatuak; mendian ba omen dira bizpahiru kolpatu; heien bila dabiltza jandarmak eta guardak. Hamar bat tiroketari bildu dituzte Donibane Garazitik Larrañerako eremu menditsuetan.

(Artículo extraido del periódico "Aetzen Berriak", publicado con motivo del XXXIV Aezkoa Eguna)