lunes, mayo 30, 2011

ETXAURI HONRA CON UN MONOLITO DE PELLO IRAIZOZ A LOS 51 FUSILADOS EN EL MUNICIPIO HACE 75 AÑOS

"El monolito está lleno de estrellas, porque cada una es una de esas personas que mataron, son 51 vidas truncadas". Esta descripción del escultor Pello Iraizoz abrió ayer al mediodía en Etxauri el homenaje a las 51 personas que fueron fusiladas en el municipio hace 75 años "con motivo del alzamiento militar". "He recurrido a tres temas del Guernica (de Picasso), porque es el símbolo más reconocible de la guerra (civil) y de las grandes masacres que hubo en ella. Hemos cogido el hombre que clama al cielo (en la parte inferior del monolito) pidiendo justicia. El tema que está en medio es el candil, que pide que se aclare la historia, para que estos hechos no se olviden, dando luz al lema, escrito en euskera y castellano: Etxauri no os olvida y (en la parte superior) el pájaro del Guernica, que llora", prosiguió Iraizoz, que recordó la petición de uno de sus vecinos "esto se tiene que hacer en todos los pueblos, no se pueden olvidar estas cosas". Un deseo que ayer se cumplió en Etxauri. Decenas de personas se concentraron en el lugar, donde también se instaló un panel con los nombres de las víctimas y una breve reseña histórica.

Familiares

Tras la explicación del escultor, cuatro de los familiares de las víctimas tomaron la palabra. "A la clase política se le debería caer la cara de vergüenza", criticó Juan Herranz, de Rochapea, que consideró que "lo que tienen que hacer es aprobar presupuestos para que esto se legalice, para que, el que quiera, les dé una sepultura mejor". Para Herranz, "ésta (en Etxauri) es la mejor. Aquí vendré a hablar con mis hermanos, Paco y Ángel. Pero que los políticos ni se acerquen".

Inmaculada Echeverri, nieta de Cirilo Echeverri, recordó cómo se ensañaron con su abuela para que se hiciese cargo de las "deudas" de su marido y apuntó que "yo tengo la obligación moral de hacerlo, no busco ningún afán de revancha, solo que se sepa la verdad". Por su parte, Txaro Etxetxipia, de Artazu, rememoró el asesinato de los hermanos Bengoechea y finalizó con unos versos: "que el golpear del viento, de la tierra revuelta, la presión de la lluvia y la fuerza del sol limaran esta piedra pero no borraran el sufrimiento ni la memoria de este pueblo". Por último, Santos Buldain, de Pamplona, centró de nuevo la atención sobre el monolito: "Esta piedra ejemplariza humildemente la constelación de los indefensos, la inocencia y la libertad fusiladas". "Durante los primeros años de ausencia, la única compañía de esas 51 estrellas y otros cientos y miles sin tallar fueron de su lado, miedo y lágrimas, y del otro, la euforia de los matones", añadió Buldain.

Sin embargo, ahora, según el escritor José María Esparza, "la generación actual ha querido tener presente a todos estos navarros que trajeron a matar a Etxauri". "Este monumento recordará a todo navarro la barbarie cometida", agregó Esparza, mientras el alcalde de Etxauri, José Javier Erro, y el concejal Juan Manuel Inchaurrandieta, insistieron en la obligación de "reparar esta injusticia".

Música

Intercalados entre los discursos, las Joteras de Larraga y Fermín Balentzia pusieron la nota musical. Soraya López, Vicky López e Inma Sueskun cantaron Para nunca más volver, Les queremos hoy cantar, Barkatu behar dugula e Y también vuestra ilusión. Fermín Balentzia cantó Alto de Loiti y Maravillas y sus acordes de guitarra se mantuvieron de fondo en la lectura de los nombres de los fusilados. El acto se cerró con un aurresku interpretado por Irati Beaumont e Irkusne Barkin.

(Noticias de Navarra. 30 / 05 / 2011)