miércoles, agosto 06, 2008

CINCO ALCALDES DEL FRANQUISMO RECIBEN LA MEDALLA DE BAIONA. La iniciativa del PP infringe la "Ley de Memoria Histórica"


Óscar Carreño Tato, ahora juez de paz de Baiona, fue el único de los homenajeados que pudo recibir personalmente la medalla de oro de la ciudad. Las otras cuatro fueron al cuello de hijos de los cuatro regidores, dos de ellos ya fallecidos y los otros dos, sin fuerzas para acceder al salón de plenos donde se celebró el acto. No asistió ningún concejal del PSdeG ni del BNG, cuyos portavoces agotaron aparte los adjetivos para censurar la iniciativa, "demostración del giro al centro del PP", ironizaron.

Para el PP se trataba de "un acto de justicia y casi una obligación recordar a quienes cedieron y sacrificaron parte de su vida privada para lograr mayores cuotas de bienestar y prosperidad para los vecinos de Baiona". "De bien nacidos es ser agradecidos", remachó el actual regidor, Jesús Vázquez Almunia, que ha abanderado la propuesta contra viento y marea desde 2005, ahora contra la "Ley de Memoria Histórica", que veta estas exaltaciones del franquismo, y siempre contra la Constitución. "No se les premia por ninguna obra específica ni personal, sino por el único mérito de haber sido alcaldes de la dictadura", apunta Rafael Lores, portavoz del PSdeG, que tachó el acto de ayer de "auténtica provocación del PP".

Carreño Tato fue alcalde de puro trámite, para oficializar la transición a la democracia, durante dos meses que él evocó como "los más intensos de mi paso por la política", y por eso le concedieron la medalla. Los méritos de los otros, por las glosas leídas, tampoco fueron mucho más lejos. De José Pereira Troncoso, regidor entre 1951 y 1956 y ya fallecido, se destacó "su porte, su elegancia y saber estar ante los problemas y reveses que pudieran surgir". En su etapa se construyeron los mercados de abastos de Sabarís y Baiona, dotó a todas las parroquias de lavaderos y el Ministerio de Turismo compró los terrenos del actual parador.

Manuel Copena Araujo, Nolete, (regidor de 1965 a 1972), también fallecido, fue delantero centro y máximo goleador del Celta y "su rasgo más acentuado fue la honestidad". De Alfonso Mandado Robles (de 1972 a 1974), hijo de un alcalde anterior de la villa, se destacó su "don de gentes y capacidad para hallar el consenso", ya que consiguió concertar a los vecinos para construir la presa de Baíña. Fue director de la Caja de Ahorros de Vigo y firmó el primer crédito que solicitó el Ayuntamiento al Banco de Crédito Local.

La principal virtud que se señaló de Celso Carneiro Freire (de 1974 a 1978) fue "su capacidad para hacer amigos dentro y fuera del ayuntamiento". En una ocasión invitó a un ministro a disfrutar de una semana en Baiona, le llevó de pesca y así logró su compromiso para, por fin, sacar a concurso la construcción de la presa de Baíña. "Claro ejemplo de un alcalde dedicado a pedir no importa dónde, a quién o a qué hora, instituciones, organismos o particulares", se glosó.

Los hijos de los galardonados agradecieron sucesivamente la distinción con breves palabras, que no alteraron el ambiente más bien anodino del acto, presidido por los retratos de los marqueses de Misa, bodegueros de Jerez y benefactores históricos de la villa, que escoltan el más pequeñito del Rey. Las sillas del público estaban reservadas casi todas para los familiares, que las fueron llenando entre voces ruidosas de niños y de ancianos torpes de oído. Después, sólo los ensayos del trombón de la banda, que se preparaba afuera para un baile de gigantes y cabezudos, irrumpió y cortó esporádicamente la monotonía de los discursos, boooom, booom.

Consumación del 'medallazo'

El acuerdo de otorgar las distinciones, popularizado como el medallazo, fue adoptado en 2005 por el PP. El grupo nacionalista abandonó entonces el pleno, tras fracasar su intento de que se retirara la propuesta. El pasado lunes, el alcalde Jesús Vázquez Almunia volvió a plantearla y la oposición de su socio de gobierno, Manuel Vilar, dejó en todos la sensación de que el acto no se celebraría. Pero dos días después se repartían las invitaciones.

"Es un despropósito absoluto. Al PP las reminiscencias franquistas le crecen como mala hierba", señaló Xosé Enrique Fernández, portavoz del BNG. "Una auténtica provocación", dijo el socialista Rafael Lores. "Es un escándalo, me siento abochornado, se me hace incomprensible y me produce depresión", añadió. Ambos expresaron sus respetos a las personas galardonadas, "pero su único mérito es haber sido alcaldes de la dictadura".

(El Pais. 3 / 08 / 08)