domingo, junio 15, 2008

UN MONUMENTO VIVO A LA MEMORIA

Vinieron de Madrid, de Asturias, de Cataluña, de Sevilla, de Mauleón, de Bilbao, de Miranda de Ebro. Las mismas montañas que les vieron sufrir a algunos de ellos hace setenta años fueron ayer testigo de la emoción y el agradecimiento en el homenaje a ocho prisioneros antifranquistas, a sus ideas y a su lucha, que desde hace cinco años se les tributa en el alto de Vidángoz a los esclavos del franquismo que se vieron obligados a trabajar tras la contienda en la carretera de montaña Igal-Vidángoz-Roncal y en otras tantas carreteras del Estado. El acto, organizado por el colectivo "Memoriaren Bideak" y el Instituto "Gerónimo de Ustaritz", reunió a más de quinientas personas en esta carretera emblemática, entre los valles de Salazar y Roncal.

Homenajeados
Por una sociedad mejor

Vicente Lacasia, Félix Padín, Sebastián Erdoiza, acompañado de su mujer Kontxi Eguren, Isaac Arenal, Luis Ortiz, Eduardo Uribe, Mercedes Martín, con su marido y Juanito Arantzamendi. Viajeros especiales en el "Autobús de la Memoria", que lleva por Navarra la historia de la represión, llegaron sonrientes, nerviosos, aplaudiendo a todos los presentes y demostraron tener un corazón generoso, por su sincero agradecimiento y joven, por la forma en que alentaron a continuar con sus ideas republicanas por una sociedad mejor y más libre. En el monte, escenario de su sufrimiento, no olvidaron a la gente buena del valle que les ayudó, tal y como dijera Juanito Arantzamendi: "Mirar si me cuidaron bien, que a mis 92 años, todavía estoy vivo gracias a ellos". Exaltaron la labor de los colectivos que luchan por la recuperación de la memoria histórica oculta durante mucho tiempo. Se mezclaron los acentos, surgieron los recuerdos, brotaron las lágrimas y se repartieron abrazos mutuamente. En euskera y castellano, uno a uno relataron su experiencia y sentimientos.

Carlos Martínez, del "Autobús de la Memoria", fue el encargado de darles la bienvenida, a ellos y a sus familiares que sufrieron el dolor y la incertidumbre de su ausencia, con dignidad, según lo expresó. "Queremos agradecer esta dignidad con la que nos habéis transmitido la memoria de aquel exterminio para que nunca se olvide, para conocer el pasado y construir un presente deseable". Martínez recordó que todavía hoy "nos vemos obligados a exigir que se sepa dónde están los que faltan, que se haga un mapa de fosas, que se repare al colectivo de maestros masacrados, que los archivos recojan la verdad y sean libres y que se retire la simbología agresiva y se restablezca la memoria".

Seguidamente, el cantautor Fermín Valencia interpretó su canción "Maravillas", como homenaje a la joven de Larraga que fue violada y asesinada. Se sumaron al homenaje, las alcaldesas de Vidángoz y de Esparza, Idoia Hualde e Idoia Elarre. Uno de los momentos más emotivos del acto lo constituyó la ofrenda floral de las hijas de Txomin Uriarte, de Bakio uno de los prisioneros del Batallón Disciplinario nº 38 que construyó esa misma carretera. Al igual que lo hiciera su padre hace cuatro años, ellas también emocionaron a los presentes interpretando el "Tango de los prisioneros" , que lo cantaban al recobrar la libertad. Martxelo Álvarez, del colectivo Ahaztuak (1936-1977) glosó la figura de Uriarte.

Entre flores y abrazos, Juan Cruz Lakasta anunció el final del acto con un expresivo "Zure memoria, gure bidea" y sonó el aurresku en honor de todos los represaliados, a cargo de Aritz Ibáñez, de Duguna. Esteban Gota, del colectivo Memoriaren Bideak, se mostró satisfecho por los logros que el colectivo va consiguiendo paulatinamente.

(Noticias de Navarra. 15 / 06 / 08)