domingo, junio 01, 2008

LOS "NIÑOS DE LA GUERRA" DE DINAMARCA. Conoces a alguno de ellos?

En los primeros días de agosto de 1937, un total de 120 niños de Asturias, Cantabria y País Vasco partió del puerto gijonés de El Musel en un barco con destino a Francia. Semanas después, alcanzó su destino en Copenhague, tras hacer escala en Amberes (Bélgica). Ellos fueron los 'niños de la guerra' de Dinamarca, un país que les dio cobijo durante un año.
La historiadora cántabra Jose Ceballos lleva meses investigando este episodio histórico, menos conocido que otros exilios infantiles, y que nunca había sido estudiado. Su aspiración actual es poder mantener un encuentro con los protagonistas o con sus familiares. Esos 'niños' tendrían ahora entre 75 y 84 años. Ceballos, afincada en Oviedo, posee un listado con los nombres de los niños de las tres comunidades facilitado por Dorte Hansen, agregada cultural del Museo del Obrero Arbejdermuseet, con quien contactó a través de la embajada de Dinamarca en Madrid. «Escribí a este museo y me contestó la señora Hansen, que puso mucho interés en mi trabajo. Ella me envió todo lo que pudo encontrar sobre el tema: una especie de anuario, noticias de prensa y una fotocopia del visado de salida de Dinamarca con el nombre de todos los niños», relata.
Según obra en esa documentación, de Asturias partieron veinticinco niños y siete niñas, pero la investigadora tan sólo dispone del lugar de procedencia de seis de ellos que, a la vista de sus apellidos, parecen de dos mismas familias: Isabel, Manuel y Ángel Quintana Ceñal, de Gijón, y Ángeles, José María y Celestino Díaz Alonso, naturales de Turón. De la localidad mierense era también Leopoldo Martínez Marcos. El menor de los protagonistas y de toda la expedición, José Vázquez Iglesias, contaba sólo 4 años (tendría ahora 75) cuando tuvo que separarse forzosamente de su familia. Los mayores de la expedición tenían 13 años.
Su madre, entre ellos
Ceballos se interesó por este episodio porque su madre, Pilar Herrero, fue una de aquellas niñas de Cantabria que fueron evacuadas ante la proximidad del Frente del Norte, la facción del ejército sublevado que avanzaba por la cornisa cantábrica. Los sangrientos bombardeos de Durango y Guernica por la Legión Cóndor alemana habían atemorizado a la población civil del Norte, que temía correr la misma inquina.
Según el itinerario reconstruido por Ceballos, la expedición salió en tren de Santander el primero de agosto de 1937 y embarcó en un buque británico escoltado por dos barcos franceses. Su primera escala fue en Pauillac, en la ría francesa de Burdeos y el siguiente destino, París. Allí permanecieron algo más de un mes en una antigua fábrica de coches habilitada para la ocasión, en Saint Cloud, a las afueras de la capital francesa. Más tarde, partieron hacia Le Havre, embarcaron rumbo Amberes y llegaron a su destino final en Copenhague. La evacuación de los niños fue organizada por la Delegación de Colonias, dependiente del Ministerio de Instrucción Pública. «En agosto del 37 se creó una delegación especial para la infancia evacuada, y un Comité Internacional de Coordinación», señala.
Los 120 niños españoles fueron alojados en un albergue situado en Ordrup, una zona residencial a las afueras de Copenhague. El mantenimiento del albergue era costeado con las aportaciones mensuales de muchos obreros y trabajadores daneses, en un gesto de gran solidaridad. El 20 de octubre de 1937, treinta niños fueron enviados al campamento Hasmark en Odense. Y desde allí, a otro colegio en Vejstrup, lugar en el que fueron concentrados de nuevo todos los menores.
Durante la estancia danesa, los niños estuvieron al cuidado de Jesús Revaque, quien había sido director del colegio Menéndez Pelayo de Santander, y director de El Diario Montañés durante la República. Revaque se encontraba exiliado en Francia tras la guerra y se trasladó a Dinamarca para tutelar a los niños y seguir impartiéndoles una educación.
Otra persona clave en aquella acogida temporal fue el político danés Hans Hedtof. «Era un activista socialdemócrata que participó en la resistencia contra los alemanes durante la II Guerra Mundial, y que llegó a ser ministro de Trabajo en 1945, y más tarde, Primer Ministro en dos ocasiones». Un grupo minoritario de niños fue reclamado por los padres que se habían refugiado en Francia, pero la mayoría permaneció un año en Dinamarca, hasta que su Gobierno comenzó a preparar la repatriación en 1938, «debido a la delicada situación política que vivía Europa y la proximidad de la II Guerra Mundial». Dinamarca no tenía relaciones diplomáticas con Franco, por lo que se gestionó desde Francia, donde el Gobierno danés realojó a los niños en un castillo cerca de París. Tras un mes de gestiones, los menores fueron trasladados a distintos orfanatos de sus lugares de origen, donde sus padres podían pasar a recogerlos. La repatriación fue realizada por la Delegación Nacional del Servicio Exterior de la Falange, a través del Delegado Extraordinario de Protección de Menores, Antonio Maseda Bouso.
Documentos dormidos
La investigadora se desplazó el pasado año con su madre a Dinamarca, donde se entrevistó con la agregada Dorte Hansen. «Se mostró sorprendida de que alguien quisiera despertar aquellos viejos documentos, dormidos durante tanto tiempo». La familia Ceballos visitó también la biblioteca Hovedbiblioteket, una de las más grandes del país. Allí encontró dos libros manuscritos: uno contenía los detalles de la revisión médica de cada niño y otro, la ficha personal y sus sponsors. Dos hallazgos que no pudo exprimir por la barrera del idioma.También visitaron el primer albergue donde estuvieron alojados en Ordrup, junto a la iglesia St. Andrew. Durante la II Guerra Mundial, el edificio se convirtió en una fábrica que producía parte de las mortíferas bombas V2 alemanas. Pero en 1945 fue bombardeado por la resistencia danesa y apenas se conservan vestigios del edificio original.
Sus próximos pasos pasan por recopilar el mayor número de testimonios de los protagonistas. También mantiene contactos con instituciones danesas y españolas y proyecta viajar al archivo de Salamanca en busca de documentos alusivos a este episodio.

(El Comercio Digital. 26 / 05 / 08)