martes, marzo 04, 2008

EN BUSCA DE LOS CULPABLES.


"Todos los responsables de la masacre siguen en la más completa impunidad". Josu Ormaetxea, herido por disparos de la Policía en la trágica jornada del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, representa una de tantas voces que 32 años después siguen exigiendo justicia y reconocimiento. Estas palabras pudieron escucharse con nitidez y contundencia durante la primera jornada de la comisión especial creada en el Parlamento Vasco para establecer la autoría política de la represión policial que causó cinco muertos y más de un centenar de heridos, aquella negra jornada, en la iglesia de San Francisco de Asís de Zaramaga.

Una vez agotadas las vías judiciales, ésta es la última esperanza de los obreros brutalmente represaliados y sus familiares para obtener, en parte, dicho reconocimiento. No será sencillo, viendo la actitud esquiva de los altos mandos políticos de aquella operación que ya han sido citados para declarar en el Parlamento.

En la segunda jornada de la comisión, que arrancó el 30 de enero, los historiadores del Instituto Valentín de Foronda estimaron probado que las consecuencias del 3 de marzo fueron resultado de "decisiones que permitieron esa acción policial desproporcionada", por lo que consideraron conveniente llamar a declarar a todos los integrantes de la cadena de mando que la desencadenó.

Unos días más tarde, la comisión solicitó la comparecencia de Manuel Fraga, ministro de Gobernación en la época y, por ende, máximo responsable de las fuerzas de seguridad españolas, así como de otras figuras políticas de calado en el post franquismo. Entre otros, Alfonso Osorio y Rodolfo Martín Villa, ministros de Presidencia y Relaciones Laborales, respectivamente, con el objetivo de que dieran las pertinentes explicaciones ante la cámara. Así, hasta 12 altos cargos con responsabilidad durante la trágica fecha.

El mismo día en que la comisión citaba a Fraga Iribarne para comparecer y dar sus explicaciones, el presidente de honor y fundador del Partido Popular eludía su responsabilidad puntualizando que durante la masacre se encontraba de viaje en Alemania y que, con su regreso, contribuyó a "encauzar la situación". Al mismo tiempo, señalaba a Adolfo Suárez, actualmente incapaz de dar réplica a sus palabras debido a la grave enfermedad neurodegenerativa que padece, como el máximo responsable del ministerio durante su ausencia. Un día más tarde Fraga se mostró todavía más categórico, tras calificar al Parlamento Vasco de "incompetente" para citarle. Según el político popular, esta comisión es una estrategia de la izquierda abertzale, "que está que fuma en pipa"; "si quieren divertirse, que se diviertan solos, aunque ya es malo que lo hagan con una tragedia como aquella", señaló Fraga, entre otras lindezas, a un periódico nacional.

(Noticias de Alava. 04 / 03 / 08)